Convertir

Uno de mis mentores dejó de preguntar a sus pacientes “¿Que haces?” y pasó a preguntarles “¿Cómo estás?”. ¿La razón? Bueno, todos los que pasaban por su puerta tenían una gran necesidad de DESCANSO. Sus sistemas nerviosos autónomos estaban tan desequilibrados que la respuesta fisiológica al estrés se repetía en un bucle simpático continuo. Preguntarles “¿cómo estás?” denota que no están “haciendo lo suficiente”, de lo contrario no estarían allí. ¡Nada podría estar más lejos de la verdad! ¡Nada podría ser más estresante! Y entonces, “¿Cómo estás?” era la mejor pregunta, la que menos estrés generaba... Hasta el otro día.

Recientemente nos encontramos con esta otra pregunta, aún más acertada:

Qué hermosa manera de honrar la maravilla de nuestros cuerpos: en constante cambio, adaptación, sanación, restauración, movimiento, descanso, etc.

Vivir es un proceso hermoso. No es una serie de pasos mecanizados, ni una receta que las distintas partes de nuestro cuerpo siguen día tras día. Es una procesión interminable de acontecimientos bellamente orquestados.

Es un FLUJO constante, una relación simbiótica entre todas nuestras capas, una sinfonía de conversaciones e interacciones entre nuestras células, moléculas y átomos, un PROCESO que sólo termina cuando la energía del sistema se acaba, es decir, cuando se produce la muerte. Por eso ahora nos preguntamos: ¿Cómo te estás CONVIRTIENDO?

¡CONVERTITE! Movete, viví, respirá y ENCARNA quién sos realmente. En este momento. Hoy.

¡A convertirse!

Amanda